Yo aquí, solo, debajo de este gran árbol sin nadie al que mirar. Nada más venir de la guerra, nada más llegar a mi hogar, no había nadie. Ni mis vecinos, ni mis padres, ni mis amigos... Tenía miedo, había visto muchas muertes, de gente inocente, personas que no tenían culpa de nada.
Día 2:
Me despierto solo, pensando en cómo envidio a la gente con familia, con niños y mujer a los que besar y abrazar. Apenas como, y si lo hago, solo como fruta de los pocos árboles que quedan. Por la tarde me vuelvo al gran árbol a escribir este diario,solo.
Día 3:
Por la mañana, he pensado que podría ir a otro sitio, empezar de cero, pero no tengo dinero. Creo que me quedaré aquí, en la soledad, recordando a la gente que antes me importaba.
Por :Ahida Guantes y María Ballester
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