martes, 19 de abril de 2016

LA ARQUITECTURA DE LOS SENTIMIENTOS

Más de una vez he imaginado lo divertido que sería que el interior de nuestro cuerpo funcionase como una gran fábrica. Trabajadores que controlaran nuestro corazón, pulmones, estómago... Pero no puedo imaginarme cómo sería controlado nuestro cerebro. Estaría dividido en millones de secciones. Y habría una gran sala llena de ordenadores para enviar mensajes a nuestro cuerpo para indicarles como actuar. Almacenes gigantes para guardar recuerdos, conocimientos y sentimientos. Una habitación con una estructura compleja donde guardarlos a todos. Añadir una estantería por cada uno que experimentas durante tu vida desde el miedo de no saber como respirar al nacer. El enfado que sentiste cuando no te compraron aquel juguete. Cuando te enamoraste de la primera persona. Hasta el momento que sientes nostalgia cuando has vivido estas "aventuras".

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