Maldito enigma de la vida. Sus dilemas son demasiado duros como para elegir algo. Te planteas cosas, que quizás pronto sean blasfemias y aún creyendo sus verdades, las mejores le dan la espalda. Cuando más te descuidas, notas la sangre corriendo por tus venas, porque te han apuñalado. Y sin darte cuenta, has caído en ese pozo negro tan necesitado que te atormenta y te llena de tristeza. Quizás creas sus palabras, pero te puede engatusar y pronto no sabrás que es real y que es mentira. Porque hay demasiado que creer y es solo una posibilidad, no una certeza.
Por Silvia Carbajosa
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